High Springs, diciembre 13 de 1995

Sr. E. L.
O.

Estimado hermano:
Nos fue muy grata su visita en compañía de los hermanos que le acompañaron. Encontré muy interesante la enseñanza acerca del Movimiento de Reforma, y debido a ello he estado estudiando más a fondo este asunto, pero he llegado a conclusiones un poco diferentes a como el hermano lo presentó. Quiero referirme especialmente a la afirmación de que Juan el Bautista, como ejemplo de reformador, era vegetariano, porque la langosta que él comía era una especie de algarroba.
Buscando la igualdad o la diferencia que puede haber entre las palabras langosta y algarroba, encontré que el Nuevo Testamento griego usa la palabra akrideV para referirse lo mismo a la langosta que comía Juan, según Mat.3:4, que a la langosta de la plaga de Apo.9:3. En cambio, para referirse a la algarroba que quería comer el hijo pródigo, según Luc.15:16, se usa la palabra keratiwu, que es completamente diferente a la anterior, como podrá comprobar en las fotocopias que le envío.
Los diccionarios bíblicos confirman lo que dice la Biblia en Levítico capítulo 11 en cuanto a que el insecto conocido como langosta es un animal limpio, y por tanto comestible, y que era y es comido todavía por algunos pueblos orientales.
Siendo esto así, que tanto Elías Thisbita, como Juan el Bautista, como el mismo Jesús, comían animales limpios, y en ninguna parte del Nuevo Testamento se nos dice que los primeros cristianos eran vegetarianos, ni que los cristianos de los tiempos finales debemos ser vegetarianos, ¿por qué, entonces, ustedes consideran el vegetarianismo como un requisito básico para los cristianos de hoy día?
Creo que la dieta vegetariana es recomendable como algo bueno para conservar la salud, pero al mismo tiempo creo que no debe ser exigida como principio religioso, puesto que hay una advertencia acerca de aquellos que prohiben el uso de los alimentos que la Palabra de Dios no prohibe. 1 Tim.4:3.
Esperando poder compartir nuevamente experiencias cristianas con ustedes, queda su hermano en Cristo,

B. Luis